El libro, en modo autobiográfico, relata la vida del autor Viktor E. Frankl en los campos de concentración de la antigua Alemania nazi. Relata la crueldad con la que los soldados de las SS maltrataban a los prisioneros y a su vez explica como incidía la vida en el campo de concentración en la mente del prisionero medio.
En un campo de concentración había dos tipos de prisionero diferentes, a saber: el prisionero corriente, que sufría los trabajos mas duros y recibía la crueldad de los soldados y los denominados “capos”, estos capos eran prisioneros con privilegios y a menudo trataban a los otros prisioneros peor que los mismísimos soldados.
Nada mas llegar al campo de concentración, que en este caso era el de Auschwitz, al prisionero se le quitaban sus objetos personales y sus documentos de identidad y se les identificaba con un número. Después se hacia una primera selección que para algunos tendría un destino fatal. Agrupaban a los enfermos, deformes, débiles o que en resumen, tenían algún defecto para trabajar y los enviaban a alguno de los campos centrales, provistos de crematorios y cámaras de gas.
Los trabajos forzados de los prisioneros tenían, a veces, una recompensa en forma de cupón. Dicho cupón se podía canjear por una docena de cigarrillos o una docena de raciones de sopa. Normalmente los cupones se guardaban para la sopa, pero, gracias a ellos se podía distinguir cuando un prisionero perdía las ganas de vivir y se fumaba sus cigarros para “disfrutar” de sus últimos días de existencia.
El doctor Frankl demuestra de una forma brillante que el ser humano aún puede encontrar un cierto sentido a su vida cotidiana. Habla del «deseo de significado» como fuerza central motivadora y presenta evidencias específicas de que la vida puede hablarnos de su propio sentido en cualquier momento o situación. Incluso aquellas personas que deben soportar sobre sus hombros la carga de la culpabilidad, o tienen que hacer frente a un sufrimiento inevitable, disponen, en principio, de oportunidades para convertir sus súplicas en logros o, dicho de otro modo, su tragedia personal en un triunfo de la humanidad.
El hombre en busca del sentido último afirma también, no obstante, que esta búsqueda de significado puede conducir igualmente a resultados indeseados, como los celos enfermizos, la fobia racista o la obsesión por la ética y la moral. Y, en este sentido, el doctor Frankl cree que sólo la tolerancia y la persistencia podrán allanarnos el camino para la consecución de una vida plena.
El hombre en busca del sentido último afirma también, no obstante, que esta búsqueda de significado puede conducir igualmente a resultados indeseados, como los celos enfermizos, la fobia racista o la obsesión por la ética y la moral. Y, en este sentido, el doctor Frankl cree que sólo la tolerancia y la persistencia podrán allanarnos el camino para la consecución de una vida plena.
David Ortiz
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